martes, 30 de abril de 2019

[Mayo, 4 del año 2018]







Sería bueno preguntarnos qué es lo inhumano a estas alturas. ¿Y si al final todo era un chiste y alguien sale de repente de mitad de la calle -ni de abajo ni de arriba, de la mitad- y nos dice que ya está que era un experimento? Entonces agarra y zas, nos lleva a otro lado.

Yo tengo mis dudas. Pero como no se puede vivir de la duda, hago mis cositas y me acomodo. Trato de mirar atentamente antes de cruzar la calle nomás. 

En eso de hacer mis cositas y acomodarme, ejercicio dificil de paciencia china, a veces algo de lo inhumano aflora. Esta noche por ejemplo, cerramos un proyecto para presentar mañana y después con Noe no sabíamos qué hacer. Entonces dimos vueltas y aprontamos el mate y yo fui al baño. Cuando estaba ahí se me ocurrió que podíamos probar un juego nuevo y entonces zas, salí y agarré Los apestados de Alberto Muñoz, di el buen día y tomé asistencia y di la bienvenida al Seminario de problemas comtemporaneos de la Poesia argentina que ni sabia yo que tenia que dar pero que parece que sí, que tenía que dar porque la Noe estaba ahí cursando con el mate en la mano y el libro estaba en la mesa y la clase zas, estaba preparada.

Fue una hora y media, como mis prácticos de Didactica que curso en la Escuela Normal. Parece que va a ser los jueves entre las 23 y 00,30hs. Presencial. Indiqué lecturas de crítica y trabajamos detenidamente sobre dos poemas. Además, presenté el programa. Algunos profes se quejan, pero hora y media alcanza y sobra.

Yo no sé a qué esfuerzo inhumano se refería Del Potro ese día. Habría que preguntarle qué es lo inhumano. Para mí, inhumano es haber sostenido esa escena doméstica y pública -las clases de la Universidad argentina son públicas- juntos acá en este país y con esta lluvia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

un sahumerio de jazmín

Falté a casa docenas de horas estos días, de modo que antes de dormirme enciendo una vela a medio hacer de las semanas pasadas. Saco una car...