miércoles, 10 de julio de 2024

la voz y el fénomeno



Me voy de vacaciones a las imágenes, todos los días un rato y a veces, temporadas enteras. Algo muy lindo que hacía la Abuela en el living de Susana era usar la televisión como aparato telefónico. Hablaba con su hermana Difunta a través suyo porque no tenían celulares. Aprovechaba a explicarle que se había confundido y se había traído el aparato del asma, o le pedía que se quedara quieta porque en la cama le había dejado una empanada para cenar. También con su nieta habló una vez para indicar lo mala que era: "¿Sentís? Sos una mierda, viste. Susana te lo dice", todo esto en alusión a las porquerías que ésta le hacía porque vivía en su casa de favor. 

En otras ocasiones habló con gente de Miami, aprovechando que el programa salía allá, y en especial con el astrólogo Pablo al que mandó a hacer la carta natal de Susana. Con el paso del tiempo, la propia Abuela recibió algunas llamadas telefónicas en el estudio. Una vez le trajeron el celular desde fuera de cámara, y otras le sonó en su bolsita. Eran novios de Susana que pedían derecho a réplica, su nieta que le exigía le preguntase algo a Susana mientras la extorsionaba, o sus "fuentes" informándola acerca de las actividades de Susana en el fin de semana. La Abuela convocaba con su voz a todas las demás personas que componían su sketch, porque mientras ella estaba hecha de voz, peluca, mañanita, bolsa y vestido las demás eran pura palabra abierta e ilusoria. En especial Difunta que es uno de sus personajes más preciosos, y que si nos atenemos a los hechos no cuenta como personaje de Gasalla, que creó tantos, sino de la Abuela que creó varios.

Los teléfonos están presentes en muchos sketchs de Antonio. La Dra. Goodman los usa repetidas veces en su consultorio antes, durante y después de la consulta. Siempre la llamada se corta o tiene interferencias. La misma Abuela cuando está en su casa confunde el timbre del portero con el teléfono un montón de veces, casi una por vídeo, y en alguna de todas esas cree que es Susana la que está llamando. Porque los teléfonos en las visitas al living de Susana tienen también ese doble signo, no sólo son un recurso que Antonio usó sino también uno que Susana exploró por antonomasia. 

Muchísimas veces también la Abuela pidió que llamen a los números de Susana cuando se ofrecía para curar gente en una temporada, y otra cuando Difunta se perdió y no sabía dónde estaba: "Decí hola Susana porque sino no te van a atender". 

La televisión como teléfono hace hincapié en la voz y olvida la imagen aunque haya una de las dos imágenes que vemos. El efecto que se genera es el de situarnos nosotros, nuestros ojos, a este lado de la llamada porque la televisión se compromete por entero con nuestra mirada. Nosotros estamos del lado de la televisión, existimos en ese plano de la realidad y recibimos la voz (la voz y el fenómeno) desde el otro lado. Las imágenes, fantasmáticas por excelencia, convocan a la voz ajena y lejana para curarse de su fantasmagoría. Hubo una vez en que la Abuela se sentó en el escritorio de Susana junto a ella y atendió un llamado de una concursante. Era una enfermera radióloga del Garrahan que acababa de comerse una tarta de atún con una amiga. Por la magia de la televisión, la Abuela y Susana quedaban del lado de la realidad y esa mujer que no vimos, con su relato, su trabajo, su premio y su existencia, del lado de la ilusión. Para la pantalla María Delia no existía, y ellas sí.

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