lunes, 29 de noviembre de 2021

Transparencia y misterio de los días


En su delicado texto acerca del oficio de hacer lacas, Beatriz Vallejos deslizó una confesión personal que funciona, retroactivamente, como declaración de principios. Cito las frases en su extensión: "Me sentiré plenamente ubicada en la realidad nuestra cuando el tierno juego del rocío en su gota multicolor encuentre su eco en ustedes. Y la aldea, la pequeña aldea que somos la humanidad, suspendida milagrosamente en el fondo esmaltado del tiempo, rodeado de un color marfil tiempo-no tiempo tenga su significación como la tuvo para mí" (Transparencia y misterio de las lacas, 1965). 


¿Por dónde pasa la vida hoy? La escritora no solo tuvo la bondad de imaginar a cada uno de nosotros en ese futuro de tiempos sin tiempos que íntimamente nos espera, sino que nos imaginó juntos. Otorgó al más allá al que pertenecemos una dimensión comunitaria. Nos nombró aldea "suspendida milagrosamente en el fondo esmaltado del tiempo". ¿Cómo puede una lectura responder al don de ese futuro?


El paso lento del aceite para conformar las lacas parece ser en su obra continuidad y diferencia (misterio y transparencia) a un poderoso imperio de la vida que también se repartía generosamente en ensayos, poemas y entrevistas. Al esperar, al dar tiempo, al sostener una calma entre las visiones, los dibujos de biromen y la escritura, Beatriz actuaba según un conocimiento más preciso de la vida que creemos trajo siempre consigo. Siempre, no solo al final de su vida, tuvo consigo una de ancianidad dada por la frecuentación del misterio.


Estas imágenes, de las lacas al poema, de sus trípticos a las respuestas a entrevistas, cada imagen todas se vuelven revés de un testimonio en busca de maneras (impresiones, permanencias, conjunciones) de obrar en la vida conforme a la manera en que la vida sucede en nosotros. La pregunta sería, a todo momento, cómo construye la vida aquello que construye. La observación minuciosa a la llegada de un poema es signo de esa atención: ¿cómo pasa esto que pasa? La belleza (transparencia y misterio) parece indicarnos que, bien mirada, la vida no necesita grandes movimientos. Con pocos, escasos materiales, construye una laca perdurable (suspendida milagrosamente) con que estaría hecho el tiempo sino nosotros. 

La técnica construye otros tiempos incrustados en el tiempo: un esmalte, un fondo esmaltado. Los lectores podemos hacer entonces serie. La maceración de los frentes de las casas, la costumbre asidua en el amor o los conflictos familiares, las luces que los departamentos dejan pasar de las calles a las cocinas, los colores de las sábanas heredadas, la voz de las señoras en las veredas saludándose unas a otras con rotunda fuerza. Los lectores podemos recordar. La vida no es efímera en sus obras, sino permanente, sólida de una forma que escapa a nuestro conocimiento. 


Al no llegar a atisbar nuestro pensamiento la novela de amor en que estamos sumergidos, quizás nos redima una entrega abierta, plural, con la abundancia de los días (¡hay tantos!). Una confianza en ese ritmo común, impreciso, pero firme de la vida, procurando actuar conforme a ese suceso doble, nítido y oscuro, transparente y misterioso, que sucede dentro y fuera. 


La hierba en los muros, estas imágenes, su condición de borrador, las formas que se llaman unas a otras, los procedimientos que se adivinan detrás del block de notas de Beatriz nos señalan una guía.  Porque, ¿dónde se aprenden la transparencia y el misterio a que hemos sido entregados? Acerca de su obra Beatriz Vallejos dijo saberse artífice de un “terrón germinal”. No somos invitados de la vida, sino algo más específico, su creación. Nada puede salir mal.


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acerca de Transparencia y misterio de las lacas, de Beatriz Vallejos. Iván Rosado. Rosario. 2021.

un sahumerio de jazmín

Falté a casa docenas de horas estos días, de modo que antes de dormirme enciendo una vela a medio hacer de las semanas pasadas. Saco una car...