viernes, 16 de abril de 2021

extraño perfume


El titulo de la puesta remite a un fragmento que, por su intermedio, se vuelve el corazón de la obra. En cuatro patas (la pose de la penetración y el animal), olfatea las prendas de las que se despojó hasta ahora en busca de su olor. Un olor a él que encuentra recién en el vaquero, la más netamente masculina de las ropas vestidas y desvestidas hasta aquí. El vaquero hace de frontera en el relato, encuadrando su propia dispersión. Está como una pista en el comienzo, corazón y final de "Extraño tu perfume".

Oler la prenda quitada, la prenda rechazada, para encontrar en ella las promesas de un amor ido traza también un posible trayecto para la fábula. Se tratará de un trayecto marcado por un bucle extraño en el cual la homosexualidad (y sus transiciones) migran del cuerpo masculino hacia otros, para feminizarse y luego volver a ese mismo cuerpo dejado, que ya no es solo propio sino además ajeno. Por esa ambigüedad, cuando se encuentren (esa escena que "Extraño tu perfume" no muestra, como si la obra se hiciese antes o después de amar), amado y amante tejerán una solidaridad, una intimidad, que posee, indudablemente, otras connotaciones.

Sin embargo, en la escena del perfume hay más. Su sutileza habla de la homosexualidad como poética escasa, como relato del sí que se ve obligado a construirse con pocos elementos. El perfume, que no es cuerpo sino rastro, permanece invisible a las posibles inquisiciones venideras. Su testimonio es solo observable (recordable) para quien amó, haciéndolo capaz de escapar a la censura que ese mismo amor produce. Tal vez por eso la escena del perfume se repite en fábulas homosexuales de distinto tipo, señalando un límite y comienzo, una frágil memoria de lo que no puede ser archivado. Allí está en el final de "Secreto en la montaña" cuando Ennis solloza en silencio (como un animal) frente a su propia campera, aquella que Jack había sustraído años antes para el propio goce y la propia memoria. Ahí es de nuevo la propia prenda que Ennis se ha quitado hace años y recibe ahora por el tiempo el aroma ajeno. Esas escenas se construyen como si el amor apenas fuese una posibilidad etérea que va entre lo que nos hemos quitado y el momento en que volvemos sobre esa pérdida.



Pero más allá de los perfumes y las poéticas, de los gestos con que la homosexualidad decide seguir contándose, hay tal vez en "Extraño tu perfume" otra recurrencia que nos sea aún más llamativa. La manera en que el cuerpo de Sebastián es usado en el escenario, su modo de mirarnos al ingresar y salir, las pausas dramáticas al momento de ponerse y quitarse la ropa, nos hablan de una conciencia fictiva del propio cuerpo. El cuerpo de Sebastián sabe acerca de su condición imaginaria, y lo sabe antes por la homosexualidad que por el teatro. Es por eso que ambos textos se superponen, y mientras el actor nos relata cómo aprendió a ser puto también nos cuenta cómo aprendió a ser actor, pues la homosexualidad ha sido (el relato así lo dispone) un "incierto teatro".

Ésta conciencia es reforzada por la utilización de textos múltiples, con referencias corridas, que permiten armar un guion desordenado. A medida que habla y recita, el actor deshace la linealidad, desarma la concordancia. Allí hay recuerdo e infancia, pero en constante cambio: en femenino y masculino, en transición y fijación, prostituida y docente, Paul y Pedro, Tovi y el putito del auto.

Esta mezcla intencional de materiales y suposiciones está allí para hacernos pisar el palito y recordar hasta qué punto esa raza ha aprendido que la suya es una historia hecha a muchas voces, que siempre necesitó de la ajenidad para contar la intimidad. En buena parte "Extraño tu perfume" es una obra acerca de la influencia de las poéticas de la homosexualidad y el tránsito en nuestra propia configuración biográfica. La manera en que esas textualidades penetraron sobre nuestras propias explicaciones del sexo, la burla, el deseo y la búsqueda.

La asunción de esas textualidades en un unipersonal, intentando hacerlas caber sobre un solo cuerpo, habla ya no de un futuro que es puesto en palabra por otros discursos sino de un recuerdo extraño y propio, marcado por lo que aprendimos acerca de aquello que vivimos.

Se trata de recordar, como travestis y trans nos enseñan, que el cuerpo es tan solo una ficción más, pero la única nuestra.





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Extraño tu perfume es una producción de la Escuela del Bardo (2021), protagonizada por Sebastián Boscarol bajo la dirección de Valeria Folini. 

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